Por Lic. Liliana Grinstein
MN 7722 – Directora de Audilife
“Porque no sólo puede ver el mundo, también puede oírlo”.
Un audífono le permitirá a la persona con hipoacusia desenvolverse con mayor seguridad en las distintas situaciones que le ofrece la vida diaria. En la decisión y elección de su uso es importante realizar una consulta con un médico otorrinolaringólogo (ORL) para que, junto con un profesional especializado, encuentre el audífono que se adapte mejor a cada paciente.
Para tal fin es fundamental diagnosticar a la persona y comprender sus necesidades. Y, además, conocer su entorno familiar y social, que acompañará en el período de transición al cambio. El profesional debe tener empatía, sentido emocional y, sobre todo, saber sus preocupaciones.
Cada pérdida auditiva es diferente, por lo que cada paciente necesitará un modelo de audífono determinado. Podemos dividirlos, entonces, en tres niveles: básico, medio y superior o Prémium. Este último, cabe aclarar, no necesariamente será el más recomendado. En ese sentido, ofrecer siempre las diferentes opciones y explicar nuestras preferencias de uno sobre otro modelo, teniendo en cuenta las expectativas y realidad de cada uno, ayudará a una correcta selección.
Es importante prestar atención en todo momento al grado y tipo de hipoacusia, la edad y habilidad manual presente en cada caso para brindar un asesoramiento correcto. Y también, vale tener en cuenta las características que se enumeran a continuación. Las mismas aportarán claridad y ayuda para hacer frente a las actividades diarias:
- Micrófono direccional. Para que todo lo que la persona escuche tenga mayor nitidez y sin ruidos molestos.
- Sistema anti-feedback. Sirve para eliminar la retroalimentación y, además, no sufrir pitidos desagradables.
- Reductores de ruido. Permiten disminuir el ruido ambiente, realzando la palabra.
- Conexión Bluethooth. Para hablar con celulares y teléfonos fijos.
- Control de volumen. Manual y automático.
En cuanto a los tipos de audífonos, están los Retro auriculares (BTE), que van detrás del oído y pueden ser con molde personalizado o con tubo fino más un tip en la punta, lo que mejora su estética. También figuran los RIC, que se ubican detrás del oído más pequeño, mientras que el receptor se encuentra dentro del conducto auditivo unido con un tubo fino. En tanto, los ITC intracanales van totalmente dentro del conducto auditivo. En este caso, hay que tener habilidad manual para poder manipularlo con comodidad.
Según la actividad que el usuario tenga en su día a día, será necesario un modelo u otro de audífono. El rol activo del fonaudiólogo consiste, en definitiva, en orientar la elección de su uso para hacer frente a las actividades diarias.